Casos de aƈoso y aƅuso รeҳual en el Congreso de la República son denunciados por Ma José Pizarro

Según la grave denuncia de la congresista del Pacto Histórico, hasta ahora hay 9 víctimas de aƈoso y aƅuso รeҳual en el Congreso de la República.

La senadora del Pacto Histórico, María José Pizarro, confirmó este lunes en una entrevista que ha recibido nueve denuncias de presunto acoso sexual en el Congreso de la República este año, en las cuales siete víctimas son mujeres y dos hombres.

La congresista, que lidera una comisión especial encargada de realizar la investigación interna en el Congreso sobre los casos de acoso sexual, presentó un informe sobre este tema y dijo que las víctimas tienen entre 21 y 28 años.

Por estos hechos ya han salido tres personas de sus cargos. Uno de ellos era parte de la UTL de la senadora Paola Holguín, otro era un auxiliar jurídico vinculado a la comisión Séptima de Cámara y el último, Jhon Jairo Uribe del Canal del Congreso.

“Se trata de funcionarios, unos por ejemplo son contratistas, otros son un integrante de una unidad técnica legislativa, otro es un asesor jurídico ad honorem y finalmente un secretario de una comisión. También estamos hablando de que uno de los contratistas trabajaba precisamente al frente y dirigía el Canal Congreso”, explicó Pizarro.

Entrando en detalles, dijo que “uno de los trabajadores denunciado es una persona que hacía parte de la unidad técnica legislativa de la senadora Paola Holguín, se llama Juan Pablo Gómez. Fue acusado de acoso sexual y de acceso carnal violento”.

El caso de Jorge Laverde

Uno de los casos que dio a conocer la senadora Pizarro es el de una mujer que señala a Jorge Laverde, secretario de la Comisión Sexta del Senado, de acosarla sexualmente. Incluso, la congresista presentó la denuncia en un audio de la víctima.

En el testimonio, la mujer cuenta que cuando llegó a trabajar esa comisión lo hizo directamente para la oficina de Laverde y que en aquel momento se le asignaron tareas que cumplía en los tiempos señalados.

“Él (Laverde) me pidió que si le podía ayudar con otras cosas adicionales y por mí no había ningún problema… finalmente, yo iba a hacer unos informes que se le iban a entregar a ellos en una cuenta de cobro y yo iba a poner ahí todas las actividades que estaba realizando”, cuenta.

Cuando empezó a cumplir estas tareas, cuenta ella, comenzó a tener más cercanía laboral con Laverde. Dice que fue en ese punto cuando empezaron a suceder los primeros episodios. La mujer afirma que un día se quedó hasta tarde para terminar un informe y que antes de irse observó que Laverde seguía en la oficina.

“Yo estaba en el segundo piso, yo no sabía que él estaba en su oficina, en el primer piso de la comisión, y cuando yo decidí guardar las cosas e irme a hacer las cosas a la casa, lo encuentro ahí en su oficina. Me dice: ‘preste a ver, revisémoslo’; entonces, pues, yo subí a donde estaba mi computador, ubicado con él y en donde había unos cubículos de vidrio. Él cierra la puerta de vidrio con la llave que estaba ahí pegada y guarda la llave en su bolsillo. Yo en ese momento me sentí insegura, pero uno no espera que suceda absolutamente nada. Le abrí el citador, le mostré el informe y le dije que me iba a terminar a mi casa (…) Yo le digo: ‘bueno, ya me voy, muchas gracias secretario’. Él me agarra del brazo y me dice que por qué me voy a ir tan rápido. Yo me solté y salí corriendo de la oficina”, señala.

Cuenta que semanas después Laverde le volvió a solicitar un informe y que ese día vivió un episodio similar. “Me decía que yo era una mujer muy linda, que yo nunca le prestaba atención (…) y se me empezó a acercar. Yo agarré lo primero que tengo a la mano, que son unos lapiceros, y le digo que no sé lo que puedo hacer con eso, que se puede meter en un problema, (…) que por favor no se acerque más y yo lo que hago, de nuevo, es salir corriendo”, agrega.

“Al otro día me tocó volver porque había citación de comisión. (…) Entonces, él se sienta conmigo, buscamos una silla, vamos al corredor que queda fuera de la comisión y yo me siento al lado de él, para mostrarle lo que él me estaba pidiendo. Él me empieza a meter las manos dentro del vestido que yo tenía, por lo que me levanto de la silla, le digo que por favor pare, yo guardo todo y no vuelvo a la comisión”, relata.

La denunciante añade que luego de este episodio le pidió a una secretaría y a una compañera suya que todo el trabajo se lo enviara al correo y que le avisarán cuando Laverde no estuviera en la oficina para ir a entregar las cosas.

“Laverde nunca me escribió más, nunca me envió otro correo electrónico y ya después cuando iba a hacer mi cuenta de cobro nunca me pagaron (…) decían que yo nunca había enviado nada”, dice.

Finalmente, afirma que un día se acercó al área de contratación para preguntar si la podían reubicar y que le respondieron que no, que su contrato había finalizado. “El contrato de un mes me lo pagaron, pero el de tres meses no”, concluye.

Ante los señalamientos, el secretario de la Comisión Sexta del Senado, emitió un comunicado como respuesta a una denuncia anónima que fue dada a conocer por la senadora María José Pizarro.

Laverde negó de manera enfática haber participado en actos inapropiados relacionados con acoso laboral y sexual. Además, hizo un llamado a la realización de una investigación que esclarezca los eventos en cuestión.